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miércoles, 5 de julio de 2017

Orgullo o burla. Nos engañan

Orgullo o burla. Nos engañan

O nos dejamos engañar. Tengo amigos homosexuales que consideran que el día del orgullo LGTB es una parodia que más que luchar por sus derechos los ridiculiza, como si (cuando) los sindicalistas se disfrazasen de obreros para las manifestaciones del 1 de mayo. Otros, por el contrario lo consideran necesario, algunos un mal necesario, aunque paradójicamente, como el primero de mayo, haga falta donde no se celebra y se celebra dónde no hace falta.

He decidido esperar un tiempo para ver las imágenes del desfile. Con independencia de hasta qué punto algunas de las reivindicaciones del colectivo sean aceptables o no (lo siento, pero el que porque no podáis tener hijo biológicos yo no pueda hablar del mío no me parece aceptable, me parece simplemente envidia) y reconociendo que muchas de ellas lo son, en especial la exigencia de respeto. Sin embargo, al menos en otras ocasiones, esa exigencia ha venido acompañada de burlas y faltas de respeto a las creencias cristianas y a la Iglesia Católica en particular. En este año, al menos no he visto ese tipo de imágenes, quizá porque hayan decidido reservarlas para el próximo carnaval o quizá porque la prensa no se ha hecho eco de ellas.
En Irán cuelgan a los homosexuales en grúas, aún no he visto ningún desfile del Orgullo en el que imanes con turbante forniquen entre sí… Yo lo digo por si necesitáis ideas para cambiar un poco el año que viene, lo digo más que nada porque tanta falta de respeto con los mismos siempre aburre.
Y un último detalle, cara a aquellas reivindicaciones más extravagantes: acordaros del color azul.



Y sobre todo no lo olvides, esto no es más que una opinión.


«Si la libertad significa algo, será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente aquello que no quiere oír». (Rebelión en la granja – George Orwell)

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