Analitics

domingo, 7 de marzo de 2010

La Huida

Solo, horriblemente solo, aquel que recibía el titulo de Dueño y Señor de la Tierra, que antes iba escoltado por su guardia, con un mínimo de 15 guerreros, acompañado del Señor Supremo del Equilibrio, titulo que recibía el jefe de todos los shammanes, tanto de los de Aurazmanda, dios del bien, como de Ariman, dios del mal, y por supuesto del Supremo Creador el Dios Equilibrio, Se encontraba terriblemente solo. Se acordaba de los tiempos en que él y el Señor del Equilibrio representaban al Imperio. De los tiempos en los que rara vezGuerrero Imperial se les veía separados fuera de palacio. Y siempre con su guardia, con los Quince: los cinco Guardias del Emperador, los cinco Guardias del Equilibrio y los cinco Guardias del Imperio.

Solo, temeroso y vestido con unos harapos, que por suerte había podido conseguir, Alissam huía. Huía a través del valle que unía la ciudad con el puerto, mientras pensaba en esto y en otros hechos. Hecho que le habían llevado a ver la muerte de sus mujeres, de la joven Nahaman de doce años y de la pequeña Simed que con tres años quería más como a una hija que como a una esposa. Pero esposa era pues representaba una alianza. El valle estaba tétrico, con una densa y lúgubre niebla que casi tapaba las estrellas. Mientras corría recordaba….

Recordaba como sufría, o quizás vistos los resultados gozaba, de una noche de insomnio que le llevo a levantarse y pasearse por la balconada del harén mientras contemplaba el cielo y buscaba el reparador sueño. Pero el sueño no vino. Por el contrario solo unas hordas vinieron y tiraron la puerta abajo, lanzándose sobre la cama y matando a las que en ella se hallaban, mientras él, viéndolo todo perdido y con la sola ropa que se lleva al dormir o al nacer se lanzo por la balconada hacia el jardín a través del cual huyo. Solo de su hijo Chij Nasr no sabia que estuviera muerto. Del resto, o les había visto morir o había oído hablar de su muerte. Esperaba que Chij, el hijo de la Blanca Paloma , como el llamaba a su primera mujer estuviera vivo, pero no creía que esa esperanza fuera fundada. Tras alejarse de la ciudad se escondió, fuera del camino, en el bosque donde se durmió.

continuará…

Para seguir todo el cuento hay que seleccionar la etiqueta La Huida.

2 comentarios:

Rato Raro dijo...

Tengo ganas de leer la segunda parte

Jose Bau dijo...

Pues saldrá a lo largo de la semana... aún no he acabado de editar y darle forma a este.

Y gracias por pasarte por aquí, espero verte más