Analitics

domingo, 31 de enero de 2010

¿Amigo?

Ya en otro lugar he comentado la influencia que ejercen los Juegos de Rol en la literatura Fantástica hoy día, este es un ejemplo de ello, un cuento corto que en realidad relata, más o menos, la continuación de una partida. Traigo este cuento aquí, ademas, pues gracias a él antiguos compañeros de universidad, y de rol, me localizaron en Internet... aunque sólo me entere cuando coincidí con ellos en el mercado medieval de Llombai. Espero que esta vez

Sueños magicos


A David Pico, por lo mucho que sufrió para que esta conversación tuviera lugar y su aventura acabara tal y como el máster la pensó hace tres años.
Y a todos aquellos que participaron en la primera parte y cuyos personajes no son ni mencionados.
En una habitación de la ciudad de Englewood se reunían un hombre, una mujer y un elfo. O al menos eso parecía…
-Bueno -inició el hombre- ¿usamos los nombres de nuestras almas o de nuestras mentes?
-A mí me da lo mismo -repuso el elfo- pues son el mismo.
-Yo -replicó la mujer- estoy más cómodo si usamos los de nuestras mentes.
-Bien -aceptó el hombre- pero espero que nadie nos interrumpa, pues sonaría raro que mi cuerpo, el Conde Vlad Tsepes, llamara al tuyo precisamente Conde Vlad Tsepes en lugar de Sacerdotisa Bortha.
-No creo que nadie lo haga.
-Bueno -cortó el elfo- vayamos al asunto: Nuestra reorganización.
-Sí -dijo el hombre-, si os relajáis abandonaré mi parte en ti -señalando al elfo- y entraré en ella.
-Espera -contestó ella.
-¿Qué quieres ahora Conde?.
-Me prometiste un cuerpo en exclusiva. Sé que este no tiene tanto poder como el mío, pero tiene potencialidades y quiero desarrollarlo.

Dragon y mujer... -No -replicó el hombre-. Te prometí TU cuerpo en exclusiva. Y eso es lo que tendrás.
-Pero, si a ti no te gusta ser conocido.
-Ya lo sé.
-Sí -cortó el elfo- pero ya os dije que estas mujeres eran raras y que no valía con ellas aquello del poder tras el poder. Aquí la que manda, manda.
-Al menos quiero el anillo. Tu no lo necesitas. Haz uno falso y úsalo, pero dame el autentico.
-El anillo es el signo del poder en la orden y como tu teoría era falsa lo necesito. Cuando no lo necesite ya veremos. Además, si bien quiero este cuerpo, en su mayor parte, no lo quiero en exclusiva. Ya sabes que ocupar un cuerpo en exclusiva, cuando no es el propio, gasta mucha energía y limita mucho las ocupaciones.
-Lo sé. Bien, entonces tú entras y yo me quedo ¿no?
-Sí. Por cierto creo que dijiste, la última vez que nos vimos, que no merecía la pena siquiera molestarse por la pequeña.
-Correcto. Y la verdad es que venia buscando el poder tras el poder y no pensaba ni mirar en ella.
-Y ¿como te diste cuenta? -preguntó el hombre.

-Pues por que fue la única que no hizo nada -respondió la mujer-. Llevaba el detector de impactos mágicos cuando entré. Todas, menos ella, me lanzaron uno o varios sortilegios detección y en ninguna encontré verdadero poder. Así que miré en ella. Tenía casi tres veces más poder que cualquier otra. Pese a su edad. Esto es una mina pensé.
-Y por eso no quieres abandonarla, a pesar de que no tiene, siquiera, la mitad de poder que tú.
-No. Es por el anillo. Es un antiguo objeto de más de 3000 años de historia. Capaz de adaptarse a todos los seres, y de multiplicar el poder por más de nueve veces.
-Fiuuuuuu -sopló el elfo- eso si es poder.
-Ya entiendo -dijo el hombre-. Te prometo que cuando ya no lo necesite será tuyo. Ese objeto no debe de salir de nuestro círculo.
-Bien, nos cambiamos -aceptó el elfo-. Pues os recuerdo que habíamos venido a esto. Yo deseo tener mi cuerpo en exclusividad. Ya he cumplido con mi compromiso.
-De acuerdo -concedió el hombre-. Tienes razón. Aunque con el tiempo pensaras que no merece la pena y que es más seguro ocupar más cuerpos que tener uno en exclusividad.
Elfo Guerrero -Bien. Pero, de momento prefiero el mío.
-Vale -dijo el hombre- relajaros.
Y si algún observador hubiera mirado, por un agujero o por el ojo de la cerradura, habría visto como una sombra, que parecía una mezcla entre un dragón y un pájaro que tuviera cara humana, salía del cuerpo del elfo (y que este caía al suelo) y luego entraba en el cuerpo de la mujer (que también caía al suelo). Claro que para esto tenía que haber realizado el sortilegio de detectar no muertos, el común de los mortales solo habría visto como, primero el elfo y luego la mujer, caían desmayados para, a los pocos minutos, levantarse y, con ayuda del hombre, sentarse en una silla. Tras un rato de descanso siguieron hablando.
-Bueno -pronunció la mujer tras recuperarse- ahora él es el Conde Vlad. - Señalando al hombre. Y ahora podemos repasar como van los planes.
-Bien -preguntó Tsepes- ¿Como te llamamos ahora, Señor o Señora?
-Es indiferente -repuso ella-, pues mi yo personal e inmutable ya ha olvidado su sexo.
-Bien -aceptó el hombre - ¿Y los Santuarios del norte?
-Están bajo mi control -repuso el elfo- y del Señor. Además el antiguo santuario imperial esta destruido. Así que, por esa parte no hay problema, el imperio ha caído victima de una revolución y los planos del antiguo santuario, que se hallaban en el palacio imperial fueron destruidos en el incendio, las turbas son así.
-Y ¿Como lo sabes?
-Por noticias de primera mano. El joven emperador, hijo del que tuvo tratos conmigo, perdió una de sus muchas guerras civiles y luego los sacerdotes sublevaron a las masas. Por la noche asaltaron el palacio. Todos murieron, salvo él que estaba paseando y pudo huir. Después, a mi regreso envié agentes a comprobarlo. El palacio había ardido, antes que los sacerdotes llegaran a él. Los planos se han perdido. Además, ahora los sacerdotes tienen otro problema: El emperador ha reaparecido en el norte. Me he encargado personalmente de ello.
-Bien -dijo Tsepes-. Solo quedan los del sur.
-De esos me encargaré yo -manifestó la mujer-. Para eso quería el poder en la Orden Roja. Serán controlados o destruidos, como este.
-Pero… -preguntó Tsepes- no podríamos haber controlado este en lugar de destruirlo.
-No -dijo ella-. Habíamos crecido demasiado y era preciso reducir el número de agentes libres. En el futuro habrá que tener más cuidado, pues no podremos volver a reunirnos en un tiempo. Lo único seguro para nosotros es la Isla. Pero lo peor de este lugar es que este era el primero.
-¿Y qué? -preguntó el hombre.
-Qué en este -respondió el elfo- estaba el secreto de nuestra destrucción. En los demás puede estar o no. Hay que buscarlo y si es así destruirlo.
-Y ¿Nuestros objetivos?
-Solo cuando estemos seguros -dijo ella.
-Pues -recapituló el hombre- con Bouno Boreios y Mikros Thálassa, en el norte, bajo vuestro control, una vez controlemos Guerín, Sark y Telark ya podremos conseguir nuestros objetivos.
-Eso espero -dijo ella-. Desde que mi maestro, y mi padre, perdió todos sus cuerpos en la primera persecución, los antiguos conocimientos se perdieron y solo quedaron los reinos y las listas. No hemos innovado en siglos... y ahora no es el momento.
-Ya. Pero algún día saldremos de estas.
-Bueno -dijo ella- voy a preparar todo para mi viaje. Me voy a Sark.
Y una vez se fue ella quedaron los dos varones.
-¿Tu que piensas? -preguntó el hombre.
-No lo sé. Creo que deben de haber más. Aunque solo sea uno más. Ya sabes lo importante que era para los antiguos hacer las cosas de dos en dos: Gareto Uld-el-Alí y Guerín, Bouno Boreios y Mikros Thálassa, Sark y Three Lake River, más conocido como Telark, y finalmente Tlático y… ¿Cual?… y sobre todo… ¿Dónde?.
-Sí. Es todo un misterio. Bueno, dispongo de tres horas antes de irme. Voy ha hacer una nueva recluta y esa no la conoce Él.
-Hablando de reclutas… ¿Como te reclutaron?

Nathanael, elfo guerrero y mago -Fue el propio Vrraampêr. Poco después de la muerte de su maestro, el que él considera como tal, no su padre, el Maestro de todos nosotros. Yo era un vulgar mago humano, hijo de dos magos muy brillantes, que no podía competir con mis padres, ni con las demás eminencias grises escogidas como los mejores del continente. Él me ofreció poder, conocimientos y vida eterna. ¿Habrías rechazado? Yo no. Y la verdad es que no lo hice. No creo que sea vida eterna pero te aseguro que es lo que más se le parece. Tenía veinte años cuando me recluto, han pasado casi tres mil y ahora parece que tenga unos cincuenta.
-Aparte que renunciando a tu cuerpo, tu alma no envejece y por tanto ahí tienes la vida eterna.
-Sí claro. Eso también. Pero eso tardé más de mil años. ¿Y a ti, Nathanel, cómo te reclutaron?
-Lo mío fue más simple. A mi me recluto Jmaltvichsz.
-¿El dragón azul?
-Si. Hace unos diez años. Poco antes que fueras enviado por Bortha.
-Pero si hace más de cincuenta que desapareció.
-No. Vrraampêr está en contacto con él. Le robé un libro: El Camino de la Voz. Lo quería el General Elvis son Azmut para acabar con Sivant son Lantariel (el poder tras el poder, como decimos) aunque, ahora, le he proporcionado una copia a Sivant.
-Y ¿no habría sido más fácil matarlo?
-Si hubiera podido sí. Pero era elfo.
-Y ¿que pasó?
-Jmaltvichsz nos localizó. Por otros dos libros que robó ella. Tiene un sortilegio de unión con cada libro, y yo diría que con cada objeto, de su biblioteca, se nos apareció y hablamos. Vrraampêr tomo el control. Evitó que los demás lo oyeran y me hizo una proposición: Me contó las posibilidades que me ofrecía. Por otra parte, Él sabia que yo era del clan flordelisado, Jmaltvichsz quería matarme por el robo. Si yo me unía al grupo y me volvía ha hacer con el libro para el grupo, me permitiría seguir viviendo, si no moriría en aquel instante. Tres noches después volvió y sellamos el pacto con sangre, me uniría al grupo y le proporcionaría siete cuerpos a Vrraampêr, hasta entonces Él ocuparía el mío, sin matarme, no como tú con ella. Luego quedaría libre. No me uní, realmente, al grupo hasta mi regreso a Gared, pues podía ser descubierto. Una vez convertido, con su ayuda tome las riendas de la orden, y con El Camino de la Voz acabe con el poder tras el poder. Tras mi viaje al norte le di los cuerpos. Acordamos la reunión pues se gasta menos energía si la transmisión es entre cuerpos cercanos, incluso cuando estos tienen que viajar por teletransportación, y ahora ya estoy libre. Y a ti ¿qué tal te fue con ella?
Elfa negociando con Dragon -Me costó bastante, porque recelaba de mí. Pero su curiosidad pudo más que yo. La verdad es que me supo mal matarla. Si no hubiera sido por tus consejos la habría mantenido con vida... incluso se me ofrecio a ello.
-Sí, pero ya te dije que era peligrosa. Te habria traicionado.
-Sí. Rechazó la situación cuando me descubrió y luchó cuando vió que la iba a matar. Estuvimos a punto de perder el anillo, pero, por suerte, se aferró a él. Incluso después de muerta trató de ocupar un trocito, o incluso otro cuerpo, pero por suerte le faltaban conocimientos, pues eso hubiera sido igual de peligroso.
-Sí, era mejor acabar con ella. La conozcí bien durante el viaje, por eso me quite de en medio. una vez la dejamos en su tierra. Casi nos fastidia todo cuando os ataco hace unos años. Sabias que incluso se reunió conmigo en persona para pedirme ayuda contra vosotros.
-¿No? Desde luego todas las amazonas son igual. Belicosas y estúpidas. Sabias que le dije a Ponpeius que no fuese amante del Chiconne y que eso nos traería problemas.
-No. Bueno, a ti te los trajo, pero a mi me vino bien. Si no hubiera sido por la sublevación, la mocosa no habría huido con el anillo, ni me habría descubierto y robado los libros, entonces Jmaltvichsz no nos habría seguido, pues el importante quedo rápidamente protegido con hechizos, y yo no habría sido reclutado. Bueno ya es la hora adiós Vlad.
-Adiós Nathanel.
GWYNDION TURING.
27 de abril de 1993
P.D. Si alguien tiene quiere saber quien fue Nathanel puede preguntarle a cualquiera de los que jugó la partida pero lo mejor es que lo haga a David Pico. Sobre todo si lo hace con la frase: ¿Y que paso de tu amigo Nathanel?

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